Cuando tenemos las cosas delante, nos cuesta
mucho verlas.
Hace poco, llegando a mi
casa de la universidad, me parecieron ver las montañas de la Sierra Calderona muy
oscuras, más de lo normal, casi negras. Desde entonces siempre me fijo y cada
día las veo de una manera distinta. Sinceramente no sabía porqué, hasta que me
di cuenta de que eran las nubes. Las propias nubes junto con la luz del Sol
creaban contrastes en las montañas, manchas de luces y sombras que enriquecían
el paisaje.
A los pocos días, dimos este concepto en clase de historia del arte, cómo
las nubes tenían la capacidad de enriquecer un paisaje, crear contrastes de
luces y sombras, convirtiéndose en una herramienta fundamental para los
pintores de paisaje, puesto que pueden utilizarlas para destacar cosas
concretas de sus obras.
En Valencia es cierto
que siempre tenemos un cielo azul y despejado; pero, últimamente, hay muchas nubes
que parecen de mentira, como si las hubieran puesto para ver el paisaje, como
si estuvieran pintadas; creando efectos muy parecidos a los que vemos en las
obras de William Turner, por ejemplo.
En estas fotografías podemos observar el arte de naturaleza, el arte que
tenemos delante y que nunca vemos, porque la naturaleza es arte, simplemente
hay que saber mirar para poder disfrutarlo.
Vive la vida
El cielo a veces nos regala algunos grandes momentos y los paisajistas supieron y saben sacar partido de ello. Son un elemento esencial de la composición. Me han gustado tu entrada y tus fotografías.
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